Esta enfermedad se encuentra extendida por muchas capas de la sociedad, y parece incluso no llegar a distinguir ya entre gente que se cuida, que no tiene unos antecedentes graves, etc.Existe una corriente a nivel mundial muy potente sobre cuáles son las mejores estrategias para su tratamiento, y cómo podemos aportar mejor pronóstico y calidad de vida a los afectados.En nuestro conocimiento, es la primera vez que se reúne un panel de más de 45 expertos mundiales sobre la materia (Buffart, Newton, Lucía, Jacobsen, Knoop….), provenientes de los centros de investigación más prestigiosos, para enunciar los potenciales beneficios de la práctica de ejercicio físico, independientemente de las condiciones demográficas y clínicas de los pacientes.Las conclusiones son alentadoras, que no mágicas, en cuanto a que el ejercicio físico realmente mejora la calidad de vida y funcionalidad física a lo largo de esta enfermedad. Un dato importante, es que el ejercicio supervisado es mucho más efectivo que el no supervisado.Así que contacta con un profesional del ejercicio que pueda establecer un programa coordinado con tu tratamiento médico, y pelea con todas las fuerzas y el apoyo posible: cada pequeño paso, es un gran paso.Desde aquí, todo nuestro apoyo y ganas de contribuir gota a gota por un mundo más saludable. Os recomendamos la lectura completa del artículo para profundizar más sobre la materia, aprovechando este inicio de año nuevo donde seguro tendrás algunos huecos para reposar las uvas, el champán y las cenas navideñas.
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