La semana pasada lanzábamos esta cuestión, y aquí tenéis la respuesta tras una análisis realizado durante los años 2010 a 2018.
Claramente el ciclismo en exterior lo que implica es a riesgo de caídas, y las consecuentes fracturas, laceraciones, contusiones.
Como actividad en sí mismo, el hecho de que apenas haya esguinces, roturas ligamentosas, roturas musculares, etc. nos indica que se trata de un deporte de bajo impacto que admite mucho volumen de entrenamiento. Y que, por supuesto, esos deportistas que acuden al Tour están muy, muy preparados.
Life is Movement, Love Elements!