La rodilla es una articulación que suele verse muy tocada en muchos clientes, y que con el entrenamiento continuado de determinadas disciplinas en ocasiones se «queja».
La máquina de extensión de rodilla (o máquina de «cuádriceps»), aunque en ocasiones ha sido muy criticada por «poco funcional», sigue siendo un clásico en casi todas las salas de entrenamiento, y forma parte de muchos programas de entrenamiento en mayores, personas con artrosis, y gente dedicada al mundo de la musculación estética. En todos esos casos, podemos poner ejemplos del uso de esa máquina con resultados a nivel de mejora del dolor, incremento de la calidad funcional percibida o mejora de la velocidad de marcha (que son objetivos muy funcionales, aunque la máquina a priori no lo sea).
Como detalle en el uso de la misma, nos gustaría exponer un reciente artículo que ha analizado la respuesta del vasto interno y externo del cuádriceps cuando realizamos este movimiento, y cómo es muy necesario seguir enfatizando la fase excéntrica (cuando bajas la carga) en una máquina donde lo que suele llevarse la atención es la fase concéntrica (cuando subes la carga).
El punto de mayor producción de fuerza en este gesto se sitúa en torno a los 70-90º (tenlo en cuenta para sacarle el mayor provecho al mismo). Y la fase excéntrica, hace que el vasto interno, tienda a enlongarse y recibir más carga que durante la fase concéntrica.
Así que a dedicarle mucha atención al control de la carga cuando la bajas, y a utilizar técnicas clásicas para sobrecargarla (subir con las dos piernas, y bajar solo con una).
Life is Movement, Love Elements!