La proliferación de los denominados «Programas de acondicionamiento físico extremos» (Bergeron et al., 2012) y su aplicación a diferentes tipos de población, ha levantado la alarma en diferentes estamentos, tanto a nivel médico como legislativo.En este excelente artículo, redactado en la revista de la Sociedad Americana de Fisiólogos del Ejercicio, se expone con claridad y detalle aquellos puntos a tener en cuenta por los entrenadores y clubes, con el fin de evitar no solo demandas altamente perjudiciales, si no, mucho más importante, un posible daño irreparable en nuestros clientes.Cosas tan básicas como hacer una entrevista inicial completa con nuestros clientes, o determinar unas pautas de progresión mínima, así como evitar el entrenamiento «destructor» en determinadas condiciones (humedad, deshidratación…) deberían ser auténticas «tablas de la ley» en nuestras salas de entrenamiento.
Life is Movement, Love Elements!!.