Continuamos con la línea de análisis de una de las modalidades del yoga que más relevancia ha obtenido en los medios en el último año, posiblemente por novedosa y por las circunstancias donde se realiza.En uno de los pocos estudios donde se evalúa de manera integral los efectos del Bikram Yoga en un grupo de sujetos jóvenes y sedentarios (menos de 2 horas de actividad física a la semana). La primera lectura del artículo puede revelarnos datos importantes que los entrenadores deberían tener muy en cuenta:- Lo primero de todo, que no tiene efectos sobre la composición corporal, algo que no debería extrañar mucho dado el carácter de la actividad en sí misma (y ojo con los mitos que todavía corren entre muchos clientes sobre la pérdida de peso debida a la sudoración). Dado que es uno de los principales objetivos tanto estéticos como de salud de nuestros clientes, es importante señalar que existen otras alternativas de probada eficacia para conseguir con 3 sesiones a la semana de 90 minutos un cambio sustancial a lo largo de dos meses.- Una mejora de la fuerza extensora. Si bien es un dato curioso, cabría añadirde nuevo que posiblemente con un entrenamiento de fuerza estructurado, en dos meses entrenando 3 sesiones de 90 minutos semanales, la ganancia de fuerza en un grupo de senderarios en este aspecto hubiera sido mucho mayor.- Finalmente, una lógica mejora en la flexibilidad de tronco y de hombros. La moraleja de nuevo sería, ¿es necesario 1,5 horas de entrenamiento, 3 veces por semana, para provocar estos cambios durante dos meses?Como se ha podido desprender de los puntos anteriores, opinamos que como recurso de entrenamiento puede ser útil en cuanto a mejora del ROM de nuestros clientes, pero que NO DEBERÍA UTILIZARSE COMO RECURSO ÚNICO DE ENTRENAMIENTO, puesto que su efecto sobre los componentes más relevantes de la salud y desempeño funcional (fuerza, composición corporal y consumo de oxígeno), es muy pequeño en relación al volumen de entrenamiento propuesto.
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